Esto es un alarde demostrativo de cómo me como una rosquilla, con grave riesgo para mi salud, que uno no puede comerse sólo una. Seguimos en Lapuebla de Labarca, en la Ruta del vino de la Rioja Alavesa.
Una rosquilla morena, como podéis ver, que estaba deliciosa. Y la verdad es que me habría comido toda la cesta, pero uno se tiene que contener, que con eso de los blogs de crítica de restaurantes que llevo como Comer en Bilbao, la dieta está por los suelos.