Gregor MacGregor creó un país ficticio en Centro América, lo bautizó Poyais, y se dedicó a vender tierras en ese paraíso a sus conciudadanos.
Este es el resumen de la mayor estafa de la historia.
Pero vayamos por partes.
MacGregor era un militar condecorado en los ejércitos Ingleses, Portugués y Venezolano. Tras varias acciones militares, llegó a una zona de las costa Nicaragüense dominada por los indios Poyais, con los que firmó un acuerdo de «colonización»
Aunque con manchas en su historial, tenía una cierta fama en Londres. Casado con la hija de un Almirante Inglés, tenía riqueza y nombre. Y sin ninguna vergüenza, a su vuelta a Londres se declara Príncipe de Poyais, un nuevo país en Centro América que según él era la nueva tierra prometida.
Y aquí es donde comenzó la gran estafa. En base a los supuestos recursos naturales del Poyais, comenzó a emitir bonos que daban intereses del 6%, garantizados por el Reino de Poyais.
Hay que situarse en el momento histórico en el que estamos. Hablamos de 1822, donde las ex-colonias Españolas estaban apareciendo en el panorama mundial como nuevos países con enorme potencial, donde muchos países con increíbles recursos necesitaban dinero para financiar sus infraestructuras y donde los rendimientos que ofrecían eran mucho mayores que los ofrecidos en Europa.
Pero como los inversores empezaron a dudar de las explicaciones de MacGregor sobre lo maravilloso de este país que nadie conocía, esté comenzó a organizar un plan de «colonización» de Poyais, buscando gente dispuesta a irse a colonizar el país y vivir en el nuevo y maravilloso país.
El engaño creció y creció, y llegó hasta al punto de fletar un barco con 250 colonizadores rumbo al país que no existía.
A partir de este momento es cuando todo el esquema se empezó a desmoronar. Cuando los colonizadores llegaron se dieron cuenta que no había tierras para ellos, que no había un país con su capital, su puerto y sus infraestructuras como tal sino una costa plagada de mosquitos y habitantes nativos hostiles, y sin forma de regresan a Inglaterra. Dos tercios de los colonizadores murieron en el intento y el resto fue rescatado y recolocado en Belize.
Una historia fascinante, que podéis leer en detalle en Economisty en la wikipedia, y que nos debería haber avisado y preparado para algunos de los escándalos que estamos viviendo hoy en día.
Estafadores sin escrúpulos siempre ha habido y habrá. Y soñadores que les creen también.