Las subvenciones matan la innovación. Cambiemos a concursos.

Lo digo en serio, las subvenciones nos están matando. Y lo digo por varias razones:

  • Crean un submundo de gente que hace proyectos diseñados para conseguir subvenciones, no para producir beneficios o generar empleos.
  • Crean una élite de funcionarios encargados de la gestión de esas subvenciones.
  • Los requisitos son tan complicados que no llegan a la gente que los necesita. Sólo grandes empresas son capaces de llegar a ellos.
  • No producen el efecto deseado. No conozco a ninguna empresa pequeña de verdad que haya nacido a consecuencia de una subvención. Ni una. Y estamos hablando de billones gastados anualmente, todas ellas pagadas con nuestros impuestos. En una empresa privada, esto se llamaría una mala inversión de recursos.
  • Dan el «premio» a priori, sobre proyectos de papel, no sobre resultados.
  • Dispersión y difusión: nadie los conoce. Ahora mismo, tenemos subvenciones del municipio, de la provincia, de la autonomía, del estado y europeas. No hay un sitio donde ir a consultar cual es cual, los requisitos varían y muchas se quedan sin repartirse.

Mientras en Europa seguimos basándonos en las subvenciones, como instrumento de desarrollo, en otros sitios se han dado cuenta de que los concursos producen resultados muy superiores. Sus ventajas serían:

  • Requieren una inversión mucho menor del promotor del premio.
  • Es mucho más eficiente en el aprovechamiento de recursos. Por cada euro de premio, los concursantes gastan (en total) entre 10 y 100 para participar.
  • Su difusión es mucho mayor, se autopromocionan. A la gente le gustan lo premios.
  • Se premia sólo el resultado, no la presentación.

Y como ejemplos de concursos originales que explican la idea:

  • DARPA’s Urban challenge, un concurso organizado por la agencia militar estadounidense para crear un vehículo autoguiado. El año pasado lo consiguieron, a través de un viaje por el desierto. Este año el reto es en ciudad (apasionante lectura, por cierto).
  • La X Prize foundation, que se dedica a proyectos casi-imposibles. Son los que consiguieron lanzar el primer vehículo espacial privado, y que ahora se proponen poner un hombre en la luna con capital privado.
  • Concurso de comics en Singapore: un concurso que muestra que no todo tienen que ser mega proyectos, sino que con unos pocos de miles de euros se puede conseguir publicidad gratis para el proyecto y atraer cientos de personas interesadas en participar.

Porque, con lo que gastamos en subvenciones, ¿ cuantos proyectos espaciales de bajo coste o vehículos autopropulsados hemos creado en Europa ?

Al final, todos funcionarios.