El aroma de los libros


Los libros de papel son románticos, tienen un aroma, una textura al tocarlos, un sentir cuando los apoyamos en nuestras manos.

O al menos eso es que lo que nos quieren hacer creer. Porque también son pegajosos, huelen, raspan, cortan. Pero el argumento del romanticismo se utiliza ahora como seguro que se utilizó con la llegada de la imprenta, cuando se defendían los manuscritos personalizados y únicos frente a la máquina infernal que creaba libros en serie.

Porque al final no se trata de romanticismo y de olores, sino de inercia y control. Inercia de empresas e individuos acostumbrados a hacer lo mismo durante años, y control de esos u otros individuos, que ven que ya no son los únicos que pueden publicar sus ideas y sus pensamientos.

Ideas y pensamientos, contar cosas en las que creemos o que soñamos, tanto si son en formato papel como web, como libro electrónico, como teléfono móvil.

Así que bienvenidos al futuro, ese en el que algunos libros serán de papel. Pero no todos, ni muchísimo menos. Porque cuando nos libremos del estigma del romanticismo, empezaremos a pensar en las cosas que no tienen sentido ahora mismo:

  • Las enciclopedias: ¿ cómo puede tener sentido una enciclopedia en papel ? Información que es antigua antes de llegar a la imprenta.
  • Los libros de texto: Otra aberración. Partiendo las espaldas de nuestros críos, con kilos de libros que pagan derechos de autor, cuando deberían ser abiertos y gratuitos.

Y muchos más. Pero poco a poco, todo llegará. Yo ahora ya leo comics en el PC.

1 comentario en «El aroma de los libros»

  1. No puedo estar más de acuerdo. Creo que ni en toda una vida podría haber coleccionado más libros que los que tengo ahora en una pequeña parte de mi disco rígido. En casi 20 años de profesión no logré reunir una biblioteca jurídica mayor ni más actualizada que la que pude reunir en la web.
    Ni hablar de los libros que antes tenía que esperar años para que se editaran en mi país y ahora los puedo leer al poco tiempo de salir a la venta en su país de origen. O el caso de los libros agotados.
    Ni hablar acerca de que en una netbook muy liviana o en un lector de ebooks se pueden transportar colecciones bibliográficas enteras y acceder a cualquier obra en segundos en cualquier lugar.
    Ni hablar acerca del ahorro económico del lector, y por ende el mayor acceso a la cultura que favorecen los libros digitales.
    Ni hablar! Estamos viviendo una revolución cultural, tal vez la más grande de la historia tanto por el número de personas favorecidas como por su extensión global.

    Muchos saludos

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