Atentos a la pantalla. Resulta que intento pagar en un sitio una compra.
Primero, me obligan a usar Internet Explorer, en pleno siglo XXI.
Segundo, me piden que «active mi tarjeta» en el banco. Como no lo hago (no veo ninguna razón por la que haya que hacerlo), me salen con una pantallita en la que Openbank me «permite excepcionalmente» pagar con mi tarjeta mis compras. Así, en plan favor impresionante.
Cualquiera pensaría que estoy pagando con el dinero del banco, en vez de con el mío.
Vaya porquería de sistema. Voy a ir en burra al pueblo a comprar tomates.