Curve Card es una tarjeta de pagos, pero que no requiere que tengas dinero en ella. En realidad, actúa como un integrador de tus tarjetas ya existentes. Así funciona: cuando recibes tu tarjeta Curve (es gratis hasta el envío en la tarjeta azul), te pide que incluyas al menos una de tus tarjetas en la app. A partir de ese momento, cuando realices un pago con la tarjeta Curve, este se pasará a la tarjeta que has añadido a la app, con lo que los pagos de Curve se harán en realidad con esa otra tarjeta.
¿Y esto qué ventajas tiene? Varias, pero las que más me interesan a mi, sobre todo por las ventajas que da al viajar son:
- Si incluyes varias tarjetas en tu Curve, puedes elegir en cada momento con qué tarjeta estás realmente pagando, a pesar de siempre dar la Curve.
- Si alguien te roba la tarjeta o te hace cargos indebidos, puedes bloquearla inmediatamente en la app. La tarjeta se bloquea y todas tus otras tarjetas están a salvo porque no se las habías dado a nadie.
- El tipo de cambio que la tarjeta usa es el interbancario puro. Este es el tipo de cambio más bajo que se puede cobrar. En el caso de las tarjetas de bancos Españoles que tengo, me aplican un tipo de cambio que no especifican más un 3-4% en cada transacción que hago en monedas que no sean euros. ¡¡Esto te lo ahorras con Curve, a pesar de que en el fondo sigues usando las mismas tarjetas, porque ellos hacen la conversión de monedas y le pasan a tu banco un cargo en euros!! (tiene límite de 500€ al mes y los fines de semana un extra, pero sigue siendo un chollo)
Os recomiendo encarecidamente probar la tarjeta de pagos Curve, sobre todo para viajeros. Es gratuita y os llega a casa en una semana. Podéis solicitar la tarjeta Curve en este enlace con código NVRW4QOD y os da 5 € de saldo (y a mi también)