Últimamente me sorprendo cada día leyendo mensajes en los que me dicen:
- Necesito saber TODO sobre Freemind.
- Voy de viaje a Singapur y quiero saber sobre compras de cámaras, vídeos, teléfonos y ordenadores.
- Quiero películas.
Estos son mensajes reales, que me han llegado por email. Y cuando les contesto, amablemente, que por favor hagan la pregunta en los comentarios del blog del artículo respectivo, no vuelvo a saber nada de ellos.
Parece que la gente quiere las cosas ya, sin el mínimo esfuerzo, y encima piensan que tienen derecho a ello, o peor, que yo estoy obligado a darles la información que necesitan, masticándosela.
Esto me lleva a pensar sobre la cultura de la impaciencia, algo que viví en Estados Unidos hace muchos años, y que estoy viendo cómo ha llegado a Europa hace tiempo también. La gente quiere las cosas ya, las pide de malas maneras, y si no las consigue se enfadan y te acusan de no respetar la libertad de expresión o algún otro de sus derechos fundamentales. Como si los derechos vinieran sin obligaciones.
Estoy cansado de ver gente que pide, que exige, pero no da nada, gente que invierte en sellos y cuando va mal pide ayuda al Gobierno, porque es culpa del Gobierno, no de ellos. O que invierte en casas en la playa, y cuando caen de valor (en los próximos meses; si tienes segunda casa vende rápido, por lo que más quieras), piden al Gobierno protección.
Porque todos queremos todo y rápido. Queremos la casa, el coche, las vacaciones, la televisión de plasma. Y lo queremos porque tenemos derecho. Tenemos derecho a una vivienda digna, a un trabajo digno, a un coche digno. Solo que nadie se plantea que una vivienda digna no es una vivienda digna EN PROPIEDAD necesariamente. O que igual no puede ser trabajar lo menos posible, irse de vacaciones y tener una vivienda. Y un coche, y una TV de plasma, y una PlayStation, y …..
Ya sé que esto no es justo con mucha gente, que se deja las pestañas para salir adelante. Y no me refiero a ellas. Pero sí que me refiero a los que creen que tienen derecho a las cosas por que sí, no porque las trabajen. Siempre recordaré que mis padres jamas fueron de vacaciones a ningún lado hasta que yo acabé la carrera ….. (un beso para ellos, aunque nunca leen mi blog …. 🙂
Yo a ese fenómeno suelo llamarlo «la cultura del atajo», gente que cree que para todo en la vida hay atajos (y cualquier medio justifica llegar antes, etc.). Creo que en parte debe ser por la influencia de los Operación Triunfo, Gran Hermano y similares, cierta forma de entender el «éxito» y ver cómo saltarse todo tipo de normas no es castigado sino más bien premiado, en ciertos contextos.
articulos como éste llenan a uno… Estoy totalmente de acuerdo contigo pero la sociedad se está acomodando y como tu bien has dicho, quieren todo ya y bien masticado.
Gracias por los comentarios.
Pero una cosa … vberruezo, cuando dices que la sociedad se está acomodando, recuerda que la sociedad somos todos, que igual es que todos nos estamos acomodando …. por ejemplo yo peco de que gracias a Alvy consigo un montón de visitas extra en el blog, pero sólo 20 nuevos suscriptores a los RSS, y se me olvida que es cuestión de tiempo y calidad de los posts ….
(suscribíos, marditos roedores)
Completamente de acuerdo con tu comentario.
Un suscriptor RSS 🙂
Me refería al comentario original del blog, que veo que ha podido quedar algo confuso.
Entendido, gracias.