La sociedad del conocimiento no tiene ventanas

Y lo de «no tiene ventanas» es un juego fácil de palabras para decir que no pasa por Windows. Me explico …..

Está claro que lo más importante para el avance de una sociedad pasa por lo que llamamos la gestión del conocimiento. En épocas anteriores, a pesar de que el conocimiento siempre ha sido la base de los avances, este conocimiento se complementaba con la necesidad de capital y de recursos.

Bueno, al menos eso es lo que se piensa. Porque si meditamos sobre ello, la Revolución Industrial tuvo lugar en Inglaterra, y no debido a que se dieran capital y recursos, sino debido a que disponían del conocimiento necesario para los avances. El capital creció con el conocimiento, pero al principio las necesidades de capital fueron mínimas. Y respecto a los recursos …. pocos lugares hay con recursos más limitados ….. Y por eso los franceses pagaban fortunas a los maestros artesanos ingleses, para que se trasladaran a Francia con ese conocimiento, para crear sus propias fábricas.

Pues bien, como digo, el conocimiento es la base de todo crecimiento. Si queremos competir con China, no nos podemos basar en «derechos adquiridos», sino que tenemos que competir de igual a igual, mejorando nuestro conocimiento colectivo. Los bloqueos de productos, los impuestos a las importaciones sólo sirven para aislarnos, proteger los intereses de los grupos afectados por la falta de competitividad durante unos años, y empobrecer al resto de la sociedad mientras tanto (esto tiene matices: en sociedades pobres, las tarifas a las importaciones pueden servir para crear sectores que de otra forma no podrían crearse, pero ese no es el caso de España y la mayoría de Sudamérica, al menos en sectores tradicionales).

Y este crecimiento, que en Europa ha alcanzado históricamente niveles superiores a otros lugares, tanto en aspectos técnicos como humanísticos (este es un punto debatible, pero estoy dispuesto a defenderlo; otras sociedades han alcanzado niveles altos, pero el conjunto de conocimiento y desarrollo de las ciencias y las artes alcanzado en Europa no tiene comparación en los últimos 1.000 años, ni tan siquiera en China, donde una élite era la única con acceso a esos conocimientos), se ha dado en base a lo que se denomina conocimiento acumulado: yo aprendo de tí, y creo sobre tu creación.

Hasta que llegaron las patentes.

Las patentes han sido el mayor freno a la innovación jamás creado. Originalmente creadas para permitir a los autores e inventores protegerse frente a terceros durante períodos cortos de tiempo (esto es, anteponiendo el interés privado sobre el común durante un período corto de tiempo para premiar a estos individuos), se han bastarizado hasta convertirse en secuestradores del conocimiento, frenos al crecimiento del conocimiento global.

Y el software nació en medio de una sociedad donde las patentes habían comenzado a crecer sin mesura. Las empresas aprovecharon este entorno y crearon software propietario, basado en las ideas de otros, pero que no permitía a nadie basarse en él. Vamos, es como aprovecharse del conocimiento de la humanidad de miles de años, añadirle una pequeña parte, y hacer propio el conjunto de ese conocimiento.

Por eso digo que el futuro no tiene ventanas. Si queremos avanzar y aumentar el conocimiento, necesitamos una base que nos permita crecer sobre ella. Ahora mismo, basándonos en windows, por ejemplo, ¿ qué podemos aportar al mismo ? Nada. Todo el desarrollo se realiza en Estados Unidos (vale, vale, la calculadora igual se ha programado en Europa ……), sin que ninguno sepamos cómo funciona, si es seguro, si tiene puertas traseras para que el gobierno de Estados Unidos analice lo que hacemos (sería realmente estúpido que no las tuviera, si pensamos en un país que dedica miles de millones de dólares en sistemas de análisis de información y que ha llegado a un acuerdo secreto con Microsoft tras la sentencia anti-monopolio). Por eso, sólo queda el desarrollo de aplicaciones que funcionen sobre esta base tecnológica, que se aprovechen de ella. Y que los programadores reinventen la rueda cada vez, utilizando no el código de otras personas, sino ejemplos de libro para crear código desde cero (esto es una exageración, pero menos de lo que parece a primera vista).

Por ello es imperativo que sociedades que realmente creen en el desarrollo del conocimiento basen sus esfuerzos en el desarrollo de herramientas informáticas alternativas. Y que las apoyen sin reservas. No solo por el dinero que se ahorra, sino por el aprendizaje, y por la base de conocimiento que se crea.

Un camino es hacer lo que la Junta de Extremadura está haciendo: pasar todos los funcionarios a Linux, olvidándose de Windows. Aparte de haber apoyado durante años el desarrollo de su propia versión de Linux. Genial. Esto cambia el papel de Extremadura de región pasiva a región activa que promueve el desarrollo entre sus cuidadanos.

Otra forma es la que ha adoptado el estado de Keral, en India, que está pasando millones de ordenadores a Linux también. O lo que está haciendo China, que ha sacado su propia versión del DVD, para evitar pagar derechos a otros países y para permitir el desarrollo de un estándar superior y más avanzado entre todos.

Por todo esto es importante, eecialmente ahora que llega el monstruo de Vista, el sistema operativo más caro y más cerrado jamás creado, que exploremos el uso cada uno de nosotros de Linux y otros programas de código abierto. Yo he comenzado instalando Ubuntu Linux en mi portátil. De hecho, este artículo lo estoy escribiendo desde Ubuntu (otro día detallaré las maravillas que estoy encontrando al hacer el cambio desde Windows).

Os recomiendo considerar el comprar un PC nuevo sin windows instalado (hay que buscar mucho), e instalar Ubuntu en él. Se pueden conseguir equipos sin monitor por 300 euros. ¡ Y Ubuntu es gratis ! Si quieres de verdad ayudar a tu hijo o a tu hermano, este es el regalo que tienes que hacer, para que aprendan y nos ayuden a tener una pensión digna el día de mañana. Porque esa pensión la tendremos si las nuevas generaciones avanzan en el desarrollo de nuestro conocimiento como sociedad.